Misticismo

>> 1 feb 2011

Mi barrio es un barrio humilde (y además pobre, jeje). Calles de tierra, vereditas hechas pelota (ahora la municipalidad anda arreglándolas), poca iluminación. Los perros siempre están en la calle, los chicos juegan en la vereda hasta cualquier hora, la gente sale a tomar mate a los patios de sus casas bajo los árboles y se hablan a los gritos a través del alambrado con sus vecinos.
Ayer, llegando a mi casa y mientras caminaba por la vereda, veo quince metros adelante a tres nenas. Estaban sentaditas en un tronquito en la puerta de su casa, la más grande tendría, no sé, cinco o seis. Todas tenían un chupetín y estaban hablando de algo divertido, parece, porque se reían y se abrazaban, cuando llegué a donde estaban, la más grande me saluda con un "hola" y la manito levantada, le respondo y sigo caminando.
Unos metros más adelante viene a mi encuentro una cuarta nena, una mini-nena, de, ponele, dos años como mucho. La pulga apenas caminaba, pero ya venía corriendo hacia mi con los brazos en alto. Me quedé parada en la luz para que me viera y se diera cuenta de que no era yo a quien esperaba, pero ni caso me hizo y se abrazó a mis rodillas riéndose.
"Hola", le dije y levantó la cabeza, por fin me vio y me soltó, yo miré para atrás en donde ya las nenas venían a su encuentro diciéndole a la pulga "vení, Mili, que no es mamá" mientras la más grande la levantaba a upa como podía y se la llevaba al tronquito aquel. "Chau" les dije y las saludé con la mano.
Y mientras caminaba los últimos metros hasta mi casa pensaba: "Qué lindo" "¿Será una señal?".
Y ya me puse mística, así que sacudí esas ideas por el momento y me dije que ya va a llegar el tiempo, me prendí un cigarrillo y entré a casa.

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