Pelo

>> 31 ene 2013

Gabriela dice:

 Encontré un pelo rubio en mi ropa.
Cris dice:
 Apa. Mío no es.
Gabriela dice:
 Nop. Debe ser de algún animal.
Cris dice:
 Mmmmm...
Gabriela dice:
 "Mmmmm" ¿qué?, zoquete.
Cris dice:
 Será de tu ex.
Gabriela dice:
 Lo que hablaría muy mal de mi limpieza en esta casa.
Cris dice:
 Jajajaja! Claro.

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Eventualmente

>> 29 ene 2013

Y, eventualmente, tenía que pasar que no pudiera dormir, ¿no?
Bueno, no puedo. 
Y lo intenté. Di vueltas para un lado, luego para el otro. Prendí la luz, leí Ender 01 completito, apagué la luz y volví a dar vueltas. Finalmente entendí que no, que no era hoy la noche en que iba a dormir y prendí la luz y acá estoy hablando pavadas.
También es cierto que la oscuridad me intimidó. Otra vez. Hacía rato que no pasaba. Como tres años, más o menos, seguramente hay algún post que hable de eso, pero no tengo ganas de buscarlo y no sabría ni por dónde empezar tampoco (memo to myself: las etiquetas son una garcha).
Y como no sé de qué hablar, voy a contar los últimos acontecimientos nomás. En principio, hace algo así como dos semanas que todos los virus del planeta se hicieron presentes acá en mi casita para contagiarme de todas las pestes conocidas. En el medio comenzaron mis clases intensivas de verano (intensivas significa: clases todos los días -menos el miércoles- de seis a diez de la noche). Y como son intensivas, y como la idea es ahorrarte seis meses en uno, la cosa es que no puede faltar, ¿viste?, así que con 40 grados de fiebre e interrumpiendo la clase cada tres minutos con ataques de tos, una va igual. Y como los días que no curso, trabajo, y si no trabajo, no como, entonces trabajo igual (ahora que lo pienso, mi barrio probablemente tenga una epidemia, señores de la salud estén atentos). Todo esto implica que sí, que puedo tomarme los dos millones de antibióticos que quieran, pero que sin reposo no es lo mismo y acá me tienen, con algunos kilos menos, ojeras que me las pateo y tratando de que mis pulmones se queden adentro porque me parecen más efectivos y sobre todo más estéticos que afuera.
¿Qué más? Ah, sí, me encontré una bicicleta. Bueno, probablemente lo correcto sea decir que algún señor beodo se la olvidó en el cosito para estacionar bicicletas que puse en mi negocio. Yo esperé cuatro horas. El señor no vino. Y luego esperé cinco días a que venga a preguntar. Tampoco vino. Así que, no se ofendan, pero por el momento parece que tengo bicicleta. Y todo gracias a un señor beodo que se olvidó dónde la dejó.
Magui dice que conoce bicicletas que han salvado vidas, como la suya (no sé bien si su vida o su bicicleta, pero supongo que para el caso es lo mismo). Ésta debería ser la supergirl de las bicicletas si pretende salvar la mía, así que mejor que se vaya poniendo las pilas.
A todo esto ya son las cinco y diez y yo con los ojos como el dos de oro. Y el sol ni asoma.
Hoy cuando llegué de la facultad encontré un sapo en mi baño al que le dije que se fuera y se fue. Si los sapos empiezan a hacerme caso me lleno de plata, que se sepa. Y uso esa plata para mudarme a donde no haya sapos, que se sepa también.
¿A qué soto hora amanece? Para mi que el barbudo de los doce sabe que no quiero dormir en la oscuridad y se está vengando por todas las veces que me cagué en su doctrina arcaica. Lo siento, man, la hubieras actualizado. Igual la oscuridad me asusta. Veo cosas que no están ahí, o sí, no sé. Y como veo cosas que por ahí están y por ahí no, escucho cosas que por ahí suceden o por ahí no. Y como los "por ahí" no me gustan una mierda, mejor dejar las luces prendidas y listo.
El gallo canta, pero todos sabemos que mi gallo adelanta, así que eso no es garantía de nada. Ya le mostré el reloj al gallo, pero ni bola. Yo creo que nació en algún otro país y todavía vive con ese horario. Eso o es un reverendo hijo de puta.
Si tuviera cigarrillos me los fumaría de a tres sin importarme un soto si mañana no puedo respirar, pero no tengo, desde hace dos semanas que no tengo, así que tomo agua nomás, pero mañana voy y compro porque no paso otra noche en vela sin un cigarrillo que me acompañe.
Y ahora son las cinco y media y el gallo canta, pero el sol no sale. Y no tengo más ganas de escribir y, sobre todo, nada más que contar. Así que me voy a mirar páginas pedorras de manualidades o datos que no sirven para nada.
Eso.

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La suerte está echada

>> 28 ene 2013


Canción lacrimógena de la semana con Tan Biónica.

"Dicen que desde el día que te fuiste
no hago más que despedirte
inventándome un presente
para sentir
que estoy haciendo algo por mí
construyo sobre arenas movedizas"

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Infinito

>> 21 ene 2013

Al principio hay un millón de caminos, cada uno de los cuales tiene un millón de variantes que, a su vez,  se ramifican en un millón de posibilidades y así hasta al infinito. Con cada decisión algunos caminos se van cegando. No todos son de suma importancia. O sí. En realidad no lo sabemos, como cada uno lleva a otro millón de posibilidades y así hasta el fin de los tiempos, por ahí resulta que no pisar a esta hormiga que ahora pasa delante mío temina en la cura del cáncer. O no. Es imposible ver el final, las opciones son infinitas (y está claro que no dependen sólo de nuestra voluntad, no?, se cruzan y entrecruzan con otros millones de caminos ajenos).
Sin embargo, a veces, vuelvo a pensar en algunas decisiones y me pregunto dónde estaría de no haber tomado tal o cual camino.

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Otro gato

>> 19 ene 2013

- Ma, la futura vieja loca de los gatos adoptó otro gato.
Esa es mi hermana hablando con mi madre y refiriéndose a mí, claramente.
- Yo no lo adopté. Él vino a mí - aclaro.
- Claro, sí.
- Júrolo. Él vino solito. Además, vos no tenés corazón, gorda. Miralo: está solito y su alma, flaquito, se le notan las costillas, sucio, lleno de pulgas..., ¡no sabe lo que es un mimo!, ¿no ves cómo se pone cuándo lo tocás?
- Es horrible.
- Vos sos horrible. No le hagas caso, Jason, mañana te traigo la pipeta, las piedritas y listo, vivís acá en el negocio.
Como si supiera que estábamos hablando de él, el gato (blanco por dónde se lo mire, bueno, supongo que después de un baño va a estar más blanco) me mira y dice "miau". Lo dice bajito.
- ¿Jason le pusiste?
- Sí, porque así como lo ves, es un gato asesino. Malo como las arañas, como la triquinosis, como película checa.
[Hay que citar a la Felipe de vez en cuando]
En eso el gatito va hacia las piernas de mi hermana y le hace un mimo con la cabeza.
- No le hagas mimos a esa, Jason, ¿no ves que no te quiere?
- No. Y lo sabe, por eso viene.
- Mala.
- Loca.
Y ahí está Jason, ahora se quedó en el negocio cuidándolo de bichos malos. Mañana le tocan las gotitas para los parásitos, el baño, y el spray de las pulgas. Habemus gato blanco. Si lo traigo a casa la Pelu se lo lastra.

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No todo es lo que parece

>> 18 ene 2013


Descripción para Germán: Cuatro imágenes, la primera de Cedric Diggory apuntando con la varita, debajo dice "Ni todos los de Hufflepuff son débiles". La segunda de Luna Lovegood que dice "Ni todos los de Ravenclaw unos estirados". La tercera de Severus Snape abrazando el cadáver de Lily Evans y llorando que dice "Ni todos los de Slytherins unos desalmados". Y la cuarta con Peter Pettigrew que dice "Ni todos los de Gryffindor unos valientes".
Debajo de todo esto la leyenda "Harry Potter nos enseñó que no todo es lo que parece".

(Aunque me guste más en inglés "Not all Hufflepuff are weak, not every Ravenclaw is stuck up, not all Slytherins don't know love and not all Gryffindor are loyal)

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Ladran Sancho...

>> 17 ene 2013

Nunca me importó si alguien hablaba en mi barrio al respecto de mi homosexualidad. Si hablaron, a mis oídos no llegó.
Pero la confirmación llegó hoy. Recién. Hace escasos minutos.
Estaba cortando unas maderas en mi patio y aparece una nena de unos dos o tres años. Vecina, probablemente. A mi casa entra cualquiera sin llamar, así que no me sorprendió nada verla en mi patio lo más pancha.
- Hola - me dice.
- Hola.
- ¿Y Rodrigo?
- Debe estar con la madre.
- ¿Y la Pame?
- Debe estar en la casa de la abuela de Rodrigo.
- ¿Y dónde vive?
- Acá a la vuelta.
- ¿Y cómo se llama?
- Edu.
- Ah, mi abuela también se llama Edu.
- Mirá vos.
Ya me estaba empezando a hartar tanta preguntita.
- ¿Y qué estás haciendo?
- Cortando unas maderas.
- ¿Para qué?
- Para poner unas plantas.
En eso entro a casa a buscar unas herramientas.
- Hey, tortillera -me dice.
Me doy vuelta y la miro.
- ¿Vos te llamás Gabi?
- Sí.
- Ah, yo pensé que te llamabas tortillera.
- No. Me llamo Gabi.
Y esta, señores, es la prueba de que sí hablan en el barrio de mi tortez.

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Enfrentando miedos

Estamos Cris y yo en la pileta. Cris nada lo más tranquila. Yo estoy agarrada cual garrapata a la orillita.
- ¿Por qué no te relajás?
- Estoy relajada.
Mentiras. Estoy dura. Sé que tengo la flotabilidad de un canto rodado, así que no me suelto ni en pedo aunque el agua no me llegue más allá del hombro. La línea de pensamiento es: tiene más de un metro, me ahogo.
- Vení -me dice e intenta agarrarme de las manos y llevarme hasta el medio.
- ¡No!
- Vení, tenés que enfrentar tus miedos...
- ¡Este no! ¿Para qué? ¡Si no se va a inundar el mundo!
Todavía se está riendo.

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Millennium


¿Por qué amamos a Lisbeth Salander?
En principio porque es rara. Nos gustan las mujeres raras, ¿qué le vamos a hacer? Porque es una sobreviviente, porque tiene una fría aceptación de la realidad, porque es inflexible y es esa inflexibilidad la que constituye su mejor arma de defensa. También porque es autodidacta y porque sus valores no son capitalistas, más bien todo lo contrario.
Bajé la trilogía Millennium, de Stieg Larsson, a mi e-reader como para pasar el tiempo. Un poco de lectura trivial para descansar un poco y no fue poca mi sorpresa al terminar de leer las tres mil seiscientas setenta páginas en menos de siete días. Adictivo es poco. Y es inevitable también hacer una comparación con otro personaje maravilloso de un autor genial como Murakami, hablo de Aomame, claro. 
Mientras leía a Larsson describir a Lisbeth, no podía dejar de pensar en Aomame, en todos los puntos en común que tienen (acá probablemente más de uno va a querer quemarme en la hoguera, pero no nos importa nada, que se sepa). Tanto Aomame como Lisbeth tienen una moral a prueba de balas, ambas se construyen una identidad fuerte, ninguna siente temor a los peligros que las acechan, más bien parece que es justamente ese peligro el que las mueve. Quizás Mikael también tenga algo de Tengo, quizás mucho de Millennium tenga algo de 1Q84: violencia de género, la sexualidad, los lugares oscuros de una sociedad. Sin embargo no vamos a ir más allá de esto: Aomame y Lisbeth si bien no son la misma persona (o personaje), tienen muchísimos puntos en común.
Amamos a Lisbeth porque vence a la tentación (bueno, ok, no siempre), se detiene un instante y piensa: Análisis de las consecuencias.
He dicho.

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Wasp

>> 15 ene 2013

"I can be a regular bitch...Just try me"


(estampado en una remera de Lisbeth Salander)

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Valentía 0

>> 13 ene 2013

- Te cambio éstos dos cigarrillos por esos dos cigarrillos -me dice mi hermana.
- Bueno, dale, si me sacás el sapo que acaba de entrar al baño.
- Se come los mosquitos.
- Tengo Raid. Sacame el sapo.
- Yo no los saco, los saca Rodrigo.
- ¿Y dónde está ese nenito cuándo una lo necesita?
- En la casa del padre.
- Sacame el sapo vos o traeme al nenito salvador de tías de sapos malos y feos.
- No, debe estar durmiendo.
- Ufa.
- ¡Usa una escoba!
- ¡El palo es demasiado corto y los saltos del sapo son demasiado aleatorios como para sentirme segura!
- Exagerada. ¿Me cambiás o no los cigarrillos?
- Sí, acá tenés, mala hermana.
- Gracias, cagona.
Y allá fui, escoba en mano, preguntándome por qué existen los sapos en la evolución y queriéndome hacer la valiente frente a mí misma.
Obviamente terminé a los gritos y subida al inodoro mientras desde arriba espantaba al bicho inmundo ese, escuchando las carcajadas de mi hermana en su casa.
Un horror.

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TusQuets y el horror

>> 12 ene 2013

Terminal de Villa Elisa y estamos esperando el micro que nos lleva de vuelta a la urbanidad y lejos de este remanso de paz que encontramos. Cris agarra su bichito negro y yo mi libro de Murakami (1Q84, editorial TusQuets). Estoy a punto de terminarlo muy emocionada y amando a Murakami con todo mi ser.
Me siento en un escaloncito, hace un calor de morirse, estamos esperando el aire acondicionado del micro que nos salvará, al menos durante cuatro horas, del horno litoraleño. Abro el libro en la página ochocientos noventa y seis y comienzo a leer.
Ochocientos noventa y siete. Doy vuelta la página.
¡Horror! No existen ni la 898 ni la 899.
Bueno, será un error, debe estar mal compaginado. Avanzo. No, señor. Cada dos páginas, faltan otras dos.
Crisis.
Quiero agarrar a todos los de Yenny y molerlos a palos. Quiero poner una bomba en TusQuets. Quiero terminar el puto libro.
Busco en mi billetera, seguro debo tener el comprobante de venta.
Obviamente lo tiré, compré este libro hace más de un mes.
Respiro. Cuento hasta ciento dos mil y me resigno a viajar cuatro horas sin material de lectura. Envidio el bichito negro de Cris (el mío se lo dejé a la concu para que termine "Cincuenta sombras Grey").
- Estás muy calmada - me dice Cris - yo querría romper todo.
- Quiero romper todo, pero visto que acá no puedo hacer nada y en Buenos Aires tampoco porque tiré a la mierda el recibo, más me vale calmarme.

TusQuets y la rpmqlrmp.


P.S.
Las fotos del lugar en cuestión, en el otro blog.

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¿Qué hacemos esta noche, Cerebro?

>> 9 ene 2013

Atardecer en Colonia Hocker y estamos sentadas tomando mates mirando cómo cae el sol.
- ¿Qué vamos a hacer ahora? -le digo después de pasarle el mate.
- ¿Conquistar el mundo? -responde.
- Ehhhh..., bueno, dale. Conquistaste el mundo. ¿Cuál es el sistema de gobierno?
- Democracia directa.
- Definición, por favor.
- Cada territorio tiene un gobernante y es autónomo.
- ¿Y responden a...?
- A mí, claro.
- Ok. ¿Educación, salud?
- Gratuitas.
- ¿Con qué fondos?
- De las empresas.
- ¿Un nuevo impuesto?
- No. Hacemos que todas las empresas sean cooperativas.
- Es decir, las expropiás.
- Sí.
- No te van a querer mucho.
- ¡Pero los dueños pueden estar dentro de la cooperativa! Si quieren, claro.
- Con los mismos porcentajes de ganancia de los empleados.
- Claro.
- Corrijo, no es que no te van a querer mucho, en realidad te van a odiar.
- Nahhh... soy una buena mina.
- Bien. Democracia directa. Educación y salud gratuitas. ¿Qué hacemos con los malos?
- Si las cárceles fueran buenas...
- Podrías reformar el sistema carcelario.
- Ah, sí, eso. Reforma.
- ¿Y cómo sabés cuáles son los malos?
- Se los juzga.
- ¿Y los jueces a quién responden?
- A nadie.
- Es decir, independencia de poderes.
- Sí.
- Bien. ¿Religión?
- ¡El Cristinismo! Jajaja! No, en serio. No hay. Respetamos los credos de cada cual, pero no hay subsidios.
- Es decir, estado laico.
- Muy.
- Ok. ¿Cuál es la moneda, el idioma, dónde reside el gobierno?
- Alentamos el trueque. No hay caza de animales en extinción. El idioma... mmmm... cada cual habla el propio, pero elegimos uno masivo para los intercambios.
- ¿Como el inglés?
- Sí, o el chino, cualquiera.
- ¿Y dónde reside el gobierno?
- En Hawaii.
- Jajajaja! Ok. Entonces, resumiendo: democracia directa, independencia de poderes, estado laico, idioma de transacciones comerciales... ¿qué transacciones si comercian con trueque?
- Bueno, ponemos una.
- Como el oro, por ejemplo.
- Sí, o las cartas de naipes.
- Ok. ¿Matrimonio igualitario?
- ¡Obvio! ¡Hola!
- Sabés que van a existir facciones que se opongan a todos esos cambios, no?
- Los desterramos a una isla.
- No te va a alcanzar una isla, vas a tener que usar un país.
- Bueno, uso un país de los de ahora.
- ¿Ese país está bloqueado, con qué se mantienen?
- Pueden comerciar, pero no pueden salir ni hacer propaganda.
- O sea, está bloqueado.
- Ehhh... sí.
- ¿Cuál es tu título, presidenta?
- ¡Reina!

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Aviso

>> 6 ene 2013

Lo bueno de que la novia de una escriba para una revista de turismo, es que hay que hacer trabajo de campo.
Me voy de vacas una semanita. Nos vemos la semana que viene.

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Tanto


Canción lacrimógena de la semana (y cursi, sí, otra vez) con Pablo Alborán.

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El otro lado

>> 5 ene 2013

Cuando alguien pasó el ochenta y seis por ciento de su vida creando un mundo paralelo tampoco le podemos pedir mucho.
[Aclaro ahora: cuando digo "alguien" quiero decir "yo".]
Un mundo en el que es perfectamente posible la existencia de dragones, hadas, príncipes, princesas, reyes, guerras con espadas, gente de tamaño diminuto, gigantes, asesinos seriales que nunca son encontrados, animales que hablan, alienígenas, fantasmas, viajes en el tiempo, mujeres y hombres largamente enamorados a pesar del tiempo y la distancia y un largo etc. Para escapar de la realidad armé un mundo paralelo. Así empezó la construcción de una casa que no es esta casa, que está en ese otro mundo, y en la que convivimos mi yo actual, algunos de mis yoes anteriores y alguna gente con la que quiero pasar tiempo a veces. Pero como soy un poco obsesiva y me gusta vivir sola, a esa gente (a toda excepto a una) la fui mudando con el tiempo y ahora más que una casa hay todo un barrio en ese otro mundo.
Ese otro barrio se parece un poco al barrio de mi niñez. A mi viejo lo puedo encontrar tomando una coca en el hall de la casa en la que vivíamos y cada vez que quiero hablar con él, ahí está. Entiendo que podría pasar, sentarme en los sillones del living y tomarnos un mate, pero nunca entro. El hall siempre está iluminado, el clima siempre es lindo en este otro lugar, pero la casa, el "adentro" de esa casa no. Parece como si se fuera haciendo de noche mientras más una se acerca a la puerta. Adivino que adentro hay cosas que no me gustan, cosas que me dan miedo y, sin embargo no puedo hacer que la puerta esté cerrada, y eso que en ese otro mundo, como dirían, mando yo. Pero se ve que no todo está bajo mi control y por eso no entro. No sé qué voy a hacer el día que vaya a buscar a papá y no esté afuera, no sé si me voy a animar a entrar. Es más, creo que no.
Otra gente que ya no está en este mundo vive en aquel. En sus propias casas. Puedo entrar a todas las casas para hablar con ellos. Sólo no puedo (mejor dicho, no quiero) entrar en la casa en la que vive mi padre.
En este otro barrio casi no hay autos, pero a veces pasa alguno que otro, no sé quién va dentro de esos autos. No toda la gente que vive en este barrio es aquella a la que yo mudé, también hay otras personas que no conozco. Supongo que puedo charlar con todos, pero nunca lo intenté, simplemente voy de una casa a la otra visitando a quien quiero y cuando me canso, vuelvo a mi casa. Pero mi casa no está en este barrio. No sé bien cómo llego de un lugar a otro, creo que simplemente quiero volver a casa y ahí me encuentro y ya.
En mi casa del otro mundo, como decía, vivimos mi yo actual y algunos de mis yoes anteriores. Hay muchas fotos, pero lo mejor de todo (o no, depende) es que puedo entrar en una habitación en particular y recrear cualquier situación. Esa habitación es como la sala multipropósito ahora que lo pienso, se convierte ni bien entro en cualquier lugar que necesite, me trae a cualquier persona, cualquier objeto o animal, a cualquiera de mis yoes en la edad que necesite. Mi yo actual se sienta entonces y mira la situación desde afuera, si necesita retroceder y volver a empezar, sucede, si necesita avanzar, sucede. Si lo que quiero es congelar una situación en particular, sucede. Incluso, en esta habitación tan particular, puedo hacer que sucedan cosas que no han sucedido.
Volviendo..., a una persona que ha pasado el ochenta y seis por ciento de su vida creando un mundo paralelo no se le puede pedir mucho. Es un esfuerzo de todos los días vivir aquí y ahora y no allá y entonces.

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Puede que

>> 4 ene 2013


Sí, es cursi. No me importa nada porque es Bosé y lo amo.

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Segunda

>> 2 ene 2013

La segunda mejor cosa para llevarse a la cama es un combo de: Murakami, café, chocolates y cigarrillos.
La segunda.
La primera tiene nombre y apellido.

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Producto cultural

>> 1 ene 2013

Haciendo orden en mi computadora encuentro un txt con este texto. No puse el autor y entonces da la sensación de que la autora soy yo, pero no me reconozco ahí, no recuerdo haberlo escrito y entonces digo que no fui yo, pero que de algún lado lo saqué y por algo lo copié en un txt. Ahí va:

"Llenar un espacio vacío es lo que intento lograr cuando veo esta página en blanco, cuando la silla de al lado  está desocupada, cuando el lecho se hace más ancho, cuando los domingos se hacen largos, o los inviernos crudos.
Buscar la calidad en aquello que utilizamos para rellenar esos vacíos es lo que creo que significa el amor, no es lo mismo una cala que una rosa como tampoco es lo mismo un vino blanco o uno tinto. Decidir entre uno y otro, comparar, buscar más beneficios establecer qué es lo que hace mejor. 
Es verdad, el amor no se saca de la góndola de supermercado pero ¿A caso no es un  producto un beneficio o ganancia? Creemos en la publicidad, pensamos en ella, vemos otras publicidades pero finalmente decidimos que él es el indicado, el mejor envase, fácil de guardar, resistente "para toda la vida". Pero el amor no es para toda la vida ni es siempre lindo. El amor duele y se vence, el amor  hace moretones y se recrudece conforme pasa el tiempo, decepciona y nunca es lo que uno esperaba. El amor no tiene corazón, es sólo un producto cultural, quizá uno de los más antiguos que nos vendieron para disfrazar la reproducción, y lo venden por todos lados, en cada película de Disney, en cada comedia romántica, en los chocolates,en las novelas berretas que protagoniza el burro de Sebastián Estevanez, en los Restaurantes Afrodisíacos y en el día de San Valentín.
Es el mejor producto para llenar los espacios vacíos del ser humano, para solventar inseguridades y también para alimentarlas, es el instinto de tapar los agujeros."

Se ve que venía descreída. Vayan dos a saber.

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